Ciudad de México, 1 de
mayo (SinEmbargo).- A pesar de su relativa cercanía temporal con nuestra
época, muchos de los misterios de las culturas mesoamericanas
permanecen como un misterio después de siglos de abandono. Sin embargo,
las investigaciones recientes de antropólogos desvelan poco a poco las
pistas para entender nuestro pasado cultural, aunque haya ocasiones en
las que encuentren sorpresas en su camino.
Cientos de extrañas esferas de aspecto metálico de origen y propósito
desconocido fueron encontradas por arqueólogos que exploran actualmente
las ruinas del llamado Templo de Quetzalcóatl o de la Serpiente
Emplumada, en Teotihuacan, publicó la revista Discovery.
Las esferas fueron descubiertas por el rover de exploración Tláloc
II-TC, en el suelo de dos cámaras que se encontraban previamente
selladas, las cuales se ubican también en el Templo de la Serpiente
Emplumada.
Se piensa que estos objetos tienen aproximadamente 800 años de
antigüedad y su tamaño oscila entre los 3.8 y los 12.7 centímetros.
Están hechos de barro en el centro y de otros materiales orgánicos
desconocidos, mientras que la superficie está cubierta de pirita,
también conocida como “el oro de los tontos”, que les da un aspecto
amarillo y resplandeciente en su capa exterior.
Foto: INAH
Foto: INAH
Se cree que las esferas pudieron haber sido algún tipo de tributo ya que
el templo era utilizado por sacerdotes. Sin embargo, “nadie puede
determinar su función, ya que se trata de un descubrimiento sin
precedente”, dijo el arqueólogo Jorge Zavala.
Después de más de dos años de haber iniciado la exploración del túnel
bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, la etapa más reciente ha sido
la que mejores resultados ha arrojado. El pasaje subterráneo,
descubierto en 2003, fue cerrado hace mil 800 años por los propios
teotihuacanos y nadie había podido explorarlo por completo hasta ahora.
Los arqueólogos creen que en la época prehispánica las cámaras recién
descubiertas se utilizaron para realizar rituales funerarios, ya que las
imágenes obtenidas por el rover del Instituto Nacional de Antropología e
Historia (INAH) revelaron símbolos alusivos en los muros de la
construcción.
Los arqueólogos del INAH están ahora realizando estudios de imagen de
estas esferas junto con otros artefactos encontrados en el templo, para
entender mejor el rol que jugaban en la extinta sociedad mesoamericana.
Mientras tanto, con la ayuda de Tlaloc II-TC y otros drones
especializados, los científicos tienen grandes esperanzas sobre lo que
puedan encontrar en las profundidades del templo, incluso los restos
potenciales de los gobernantes teotihuacanos.
Este contenido ha sido publicado originalmente por SINEMBARGO.MX en la siguiente dirección: http://www.sinembargo.mx/01-05-2013/605612. Si está pensando en usarlo, debe considerar que está protegido por la Ley. Si lo cita, diga la fuente y haga un enlace hacia la nota original de donde usted ha tomado este contenido. SINEMBARGO.MX
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Ciudad de México, 1 de mayo (SinEmbargo).- A pesar de su relativa cercanía temporal con nuestra época, muchos de los misterios de las culturas mesoamericanas permanecen como un misterio después de siglos de abandono. Sin embargo, las investigaciones recientes de antropólogos desvelan poco a poco las pistas para entender nuestro pasado cultural, aunque haya ocasiones en las que encuentren sorpresas en su camino. Cientos de extrañas esferas de aspecto metálico de origen y propósito desconocido fueron encontradas por arqueólogos que exploran actualmente las ruinas del llamado Templo de Quetzalcóatl o de la Serpiente Emplumada, en Teotihuacan, publicó la revista Discovery. Las esferas fueron descubiertas por el rover de exploración Tláloc II-TC, en el suelo de dos cámaras que se encontraban previamente selladas, las cuales se ubican también en el Templo de la Serpiente Emplumada. Se piensa que estos objetos tienen aproximadamente 800 años de antigüedad y su tamaño oscila entre los 3.8 y los 12.7 centímetros. Están hechos de barro en el centro y de otros materiales orgánicos desconocidos, mientras que la superficie está cubierta de pirita, también conocida como “el oro de los tontos”, que les da un aspecto amarillo y resplandeciente en su capa exterior.
Se cree que las esferas pudieron haber sido algún tipo de tributo ya que el templo era utilizado por sacerdotes. Sin embargo, “nadie puede determinar su función, ya que se trata de un descubrimiento sin precedente”, dijo el arqueólogo Jorge Zavala. Después de más de dos años de haber iniciado la exploración del túnel bajo el Templo de la Serpiente Emplumada, la etapa más reciente ha sido la que mejores resultados ha arrojado. El pasaje subterráneo, descubierto en 2003, fue cerrado hace mil 800 años por los propios teotihuacanos y nadie había podido explorarlo por completo hasta ahora. Los arqueólogos creen que en la época prehispánica las cámaras recién descubiertas se utilizaron para realizar rituales funerarios, ya que las imágenes obtenidas por el rover del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) revelaron símbolos alusivos en los muros de la construcción. Los arqueólogos del INAH están ahora realizando estudios de imagen de estas esferas junto con otros artefactos encontrados en el templo, para entender mejor el rol que jugaban en la extinta sociedad mesoamericana. Mientras tanto, con la ayuda de Tlaloc II-TC y otros drones especializados, los científicos tienen grandes esperanzas sobre lo que puedan encontrar en las profundidades del templo, incluso los restos potenciales de los gobernantes teotihuacanos.
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